Mateo 7, 7-11:
"Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque
quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre".
El evangelio de hoy nos invita a pedir, a buscar y a llamar.
Son tres actitudes claves a tener en cuenta en el momento de ponernos a orar.
Ante Dios somos siempre muy pobres. Somos siempre los niños pequeños que
esperan de su papá o mamá la ayuda y la protección.
En Dios buscamos lo que anhelamos. Él es el Padre que puede colmar nuestros más
profundos deseos.
Sin darnos cuenta, como dice San Agustín, nuestro corazón está inquieto hasta
que descanse en Él.
"Padre" o "madre" es la invocación que siempre brota del
corazón como llamada cargada de cariño y confianza.
Ponte en la presencia de tu Padre Dios. Pide, busca y llama.
Recibirás, encontrarás y serás atendido o atendida.
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