jueves, 7 de octubre de 2021

 


Lucas 11, 5-13:

"¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra o si le pide un pez, le dará una serpiente o si le pide un huevo, le dará un escorpión?. Si vosotros, pues, que sois malos sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?". 


Me han llamado la atención estas últimas palabras del Evangelio de hoy. 

Y estas palabras las dice Jesús después de insistirnos en la oración constante y sin cansancio. 

Y es que Él sabe que no sabemos orar y necesitamos la guía segura del Espíritu Santo.

El Espíritu nos enseña la pedagogía exacta para aprender a orar y a pedir. Porque nuestras oraciones y peticiones son muchas veces infantiles. Y nuestro Padre Dios no concede caprichos ni malcría a sus hijos. 

La oración ha de hacernos más conscientes del papel que juega Dios en nuestra vida y de lo que nosotros estamos llamados a realizar. 

Si pedimos al Padre que nos dé el Espíritu Santo, este mismo Espíritu nos dará y nos enseñará a orar al mismo tiempo que irá orientando nuestros pasos y nuestras acciones. 

También Él irá rectificando nuestra mente, ordenando nuestro corazón y dirigiendo nuestros pasos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario