lunes, 22 de noviembre de 2021


 Lucas 21, 1-4:

"Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esa, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir."


La Madre Teresa de Calcuta dijo en cierta ocasión: "Tus acciones pueden ser un grano de arena en el desierto, pero el desierto no sería lo mismo sin ese grano de arena". 

La viuda del Evangelio de hoy puede ser ese grano de arena. Su donativo en el arca de las ofrendas es insignificante. 

Pero Jesús la bendice porque "ha echado todo lo que tenía para vivir". 

Ha dado lo mejor de sí misma. Lo ha dado todo sin temor a perderlo. 

Se ha dado a sí misma. 

Nos cuesta relativamente poco dar cosas, pero nos cuesta enormemente darnos a nosotros mismos. 

Darnos en nuestro tiempo, en nuestros proyectos, en nuestros planes, en nuestra alegría, en nuestros compromisos... 

No sabemos el nombre de esta pobre viuda. Pero seguro que se ganó el cielo por unos céntimos. Era todo lo que tenía para vivir. 

Yo hoy me encomiendo a ella pidiéndole que también sepa dar lo mejor de mí mismo a la Iglesia y a todos los demás. 

Te invito a hacer lo mismo.

miércoles, 17 de noviembre de 2021



 Lucas 19, 11-28:

"Os digo: "Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene". 


Este evangelio es una llamada a crecer siempre en favor de los demás sin dormirnos en los laureles. 

Es una invitación a reconocer los talentos que el Señor nos ha dado y es también una invitación a darle gracias por ellos. 

Reconocer y dar gracias es una forma de hacer crecer el tesoro que ha depositado en nosotros y de enriquecer también todo lo bueno que hay en nosotros. 

Y no tengas miedo de arriesgar. El siervo perezoso se llevó la bronca y el castigo de su señor porque no quiso arriesgar el talento recibido. 

El Señor también te dice a tí lo que un día le dijo a Pedro: "Rema mar adentro". 

Y acuérdate también de lo que nos dice el Papa Francisco: "Prefiero una Iglesia herida a una iglesia enferma". 

Una iglesia que negocia con todos los talentos que el Señor da a cada uno de sus miembros en favor de los demás. 

Agradece los dones que el Señor te ha concedido y hazlos fructificar el doble. 

Si los encierras, nunca ganarás nada y nunca servirán de nada para los demás. 

lunes, 8 de noviembre de 2021



 Lucas 17, 1-6:

"Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte "lo siento", lo perdonarás". 


"Si tu hermano te ofende siete veces en un día, lo perdonarás". Siete veces en la biblia, quiere decir siempre. 

Si ya nos cuesta perdonar una sola vez, ¡cuánto más el perdonar siempre!. 

Necesitamos estar abiertos a la generosidad que brota de la fe en la misericordia del Padre para perdonar a fondo perdido y de todo corazón. 

Para no decir nunca eso de "yo perdono pero no olvido". 

Dios no perdona borrando lo escrito o rompiendo los papeles, sino que perdona siempre quemando y destruyendo el pecado. 

Nunca podemos permitir que el rencor o la ausencia de perdón se apoderen de nuestra vida. Cuando esto ocurre, vivimos con una carcoma por dentro que nos impide ser felices. Cuando abrimos el corazón a la comprensión, a la acogida y al perdón, renace en nosotros la alegría del Evangelio de Jesús. Experimentamos la gratuidad de su misericordia y vemos que se llenan de gozo los caminos de nuestras relaciones con los demás. 

Que el día que comienzas sea muy feliz para tí perdonando siempre a los hermanos "hasta setenta veces siete". 

martes, 2 de noviembre de 2021

 



Juan 14, 1-6:

"Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí". 


Celebramos hoy el recuerdo de todos los fieles difuntos. 

Esos que nos han precedido en el signo de la fe y que nos han enseñado a andar en la verdad y en la vida.

Los que creemos que han ido al Padre por medio de Jesús y que de alguna forma u otra han vivido estas palabras de San Agustín:

"Si corres extraviado, avanzas inútilmente. Y lo que es peor sólo caminas para fatigarte y caminas en vano. Tu error es más grande cuanto más corres fuera de camino. 

Corre, pero corre por el camino de Cristo, porque Él dijo: "YO SOY EL CAMINO". 

Corre sabiendo que llevas dirección segura, pues el mismo Cristo añadió: " YO SOY LA VERDAD".

Corre por Él, dirígete a Él y encontrarás LA VIDA.

Precisamente para que corrieses hacia Jesucristo, descendió Él hasta tí. 

Tú estabas alejado, andabas errante en países remotos y con una debilidad que no podías moverte. 

Descendió hasta tí el médico, se acercó a tí, que estabas enfermo, y el camino quedó  trazado en este valle de peregrinación. 

Anda, pues, por esa senda que es Cristo, y te salvarás".